“Lo que ha cambiado es la concentración. El año pasado el porcentaje fue malísimo. He practicado más y me quedo después de los entrenamientos lanzando, pero el tiro libre es concentración, algo más mental que otra cosa”, explica el alero del Unicaja en el diario Sur.
“Es una cuestión mental porque es un momento en el que te piensas el tiro y tu cabeza da muchas vueltas. Pensar en querer meterlo provoca justo lo opuesto, fallarlo”, asegura Suárez.
¿Cuál es su ritual? “Siempre suelo dar tres botes, porque tampoco me gusta pensármelo mucho. Pienso que debe ser algo más automático y mecánico. Tengo más manías a la hora de empezar el partido o cuando calentamos que a la hora de lanzar un tiro libre”.
Suárez, por ahora, no piensa en récords: Jimmy Baron tiene el mejor porcentaje de la historia en una temporada ACB (98,5%, con un 70 de 71) y Arvydas Macijauskas llegó a encadenar 63 sin fallo. “Mi hermano, que es un fan de la estadística, me recuerda los récords de Nacho Ordín y Macijauskas, que metieron un montón seguidos”.